El rey de Copas, veinticuatro piedras preciosas engarzadas a su corona, recibe en audiencia a un recién llegado a la corte. Lejos de mirarle con desdén, el monarca del traje ajado desconfía y con razón de las intenciones del visitante, que no son otras que pedir su abdicación. El Getafe, bajo el mando de un Bernd Schuster que infunde tanto respeto en el Camp Nou como en los días en que se enseñoreaba con la batuta desde el mediocampo del Barcelona, presenta candidatura a la corona con las credenciales que le han valido el respeto generalizado: orden, sacrificio y equilibrio.Ni en las horas más bajas de juego de este Barça renqueante, ni siquiera con la ausencia de Ronaldinho que sigue con su "plan específico" de puesta a punto física, saca pecho el visitante. Sólo Belenguer se atrevió ayer con una frase que tampoco descubre nada: "El Barcelona no es el del año pasado". Es cierto, entre otras cosas porque entonces ganó la Champions League y ahora la ve por televisión. Pero además viene de ganar al Mallorca con un gol de churro, con un fútbol ramplón, poco profundo. Sin embargo, el Geta sigue respetando la camiseta.
Arriba Barça !!!
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